JUAN GUILLERMO VILLASANA UNA VOCACION Y UN DESTINO













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Characteristics
Book cover finish | Hardcover ( square back binding ) |
Special features | Uncut book |
Condition | Very Good |
Number of pages | 85 |
Published date | 1963 |
Languages | Spanish |
Size | 13 x 24 x 1 cm |
Author | Esperanza Villasana Heredia |
Editor | MEXICO. D.F. |
Description
Del grupo de pioneros mexicanos destaca sin duda, este hombre que debido. A su pasión ha quedado en la historia como uno de los más influyentes íconos de la aviación mexicana.
Nacido en la ciudad de Pachuca, Estado de Hidalgo el 10 de Febrero de 1.891, se traslada a la Ciudad de México en 1906. En la escuela demuestra ser un estudiante aventajado, su clara inteligencia le permite sobresalir demostrando ser muy bueno para la física y las matemáticas y la ayuda en el negocio familiar de carpintería, le granjean el favor de su padre de permitirle utilizar sus recursos para realizar sus sueños, continúa con los diseños que ya desde antaño le apasionaban, los aviones; dibuja sus ideas en sus cuadernos escolares y posteriormente construye modelos y los prueba haciéndoles modificaciones, hasta que en el año de 1907 prueba su primer planeador.
Ya los hermanos Wright habían efectuado un vuelo en un avión impulsado por un motor, lo cual no pasó inadvertido para Villasana, quien a los 18 años, junto con otros apasionados del aire, fundó en 1909 la primera organización en México con fines aeronáuticos: " La Sociedad de la Aviación ".
El 11 de abril de 1910, logró volar a 700 metros sobre la capital hidalguense. El 23 de abril de 1918, obtiene su título de ingeniero en Aeronáutica en la American Aviation School en Buffalo E.U.
La actuación de Villasana, dentro de la aviación militar, le permitió ocupar cargos de relevancia, como teniente técnico de aviación, piloto en jefe de la escuela militar de aviación, dos veces director de la escuela y talleres de aviación militar, director de los talleres nacionales de construcción aeronáutica, con el grado de capitán primero, capitán segundo, jefe de la sección de aviación comercial, del departamento de aviación militar y dos veces delegado técnico en aeronáutica militar en la inspección general del ejército.
Gracias, a sus conocimientos de tradición familiar de ebanistas, logra superar un problema que a nivel mundial ningún ingeniero había podido resolver. Diseña una hélice con varios tipos de maderas y un ensamble nuevo, que permite a los aparatos elevarse más y mejor, dando un giro total a la aeronáutica mundial. Esta hélice fue bautizada como la "Hélice Anáhuac".
Esta crónica ricamente ilustrada de su hija Esperanza Villasana Heredia indica que ha habido varias experiencias de este tipo, “desde entonces, se han producido experiencias felices e infelices".
Este libro de testimonios es muy raro, con sus páginas aún adjuntas.